Otoño generoso III

Justo hoy nos reuníamos algunos de los hacedores de Kolibrí y nos contábamos unos a otros, cómo llegamos a ser parte de el festival y cuál es nuestro motor. ¡Qué reunión tan inspiradora! Aquí les dejamos la última parte de la reseña escrita por Zoila Forss sobre nuestro festival. ¡Que la disfruten!

Vuotalo fue el escenario de la gran Fiesta de otoño y la despedida de Kolibrí. Los talleres de la mañana, poco a poco se fueron llenando de familias completas, así como abuelas y abuelos junto con sus nietos. Cerca de 300 niños y niñas recorrieron Vuotalo esa hermosa tarde. La construcción de juguetes de cartón en la Juguetería de Ina se repletó con más de cuarenta familias en tan solo su inicio. El taller de música Ponchito de los Andes colmó el espacio disponible, en dos oportunidades, una amena conversación con los niños y la posibilidad de probar los instrumentos fue un éxito. La alegría amazónica, estaba repleta de pequeñitos que bailaban como los animales de la selva. Los trajes de las profesoras eran cautivantes. Las cantigas con bebés se iluminó de dulces balbuceos, y luego con los más grandecitos al son de la guitarra de Fabio, los ritmos brasileros llenaron la sala de sabrosas melodías. Los cuentos contados de Paco de Laguna y luego los Muchos cuentos con Jaime lograron reunir a muy atentas familias y curiosos niños, como también el gran suceso del teatro de sombras con la historia de Napo en la selva amazónica, Vuosali.

La fiesta mágica de Kolibrí reunió a las familias en torno al espíritu valeroso de esta maravillosa y colorida ave. El hada de la cultura, personificada por Maria Luisa Lozano Letelier, lució su enigmático don multilingüe para conectarse con todos los asistentes, así lograr de ellos toda su atención y disfrute. El coro maravilloso de niños dirigido por Tristana Ferreyra dio la fuerza para remontar al público sobre las alas Kolibrí. Seguido, la música del arpa y el sello de Natalia y Sergio Castrillón ofrecieron un viaje sonoro encantador. Las familias respondieron con una activa participación. El broche de oro fueron las danzas de Pasos de fuego, su bailes tradicionales y colorida coreografía. Arrancaban emotivos aplausos de los asistentes.

Este viaje de generosidad y alegría no terminaba; todas las familias fueron coronadas y premiadas con libros en español donados por la embajada de México. El baile final fue feliz, lleno de niños y no tan niños vestidos de trajes tradicionales y disfraces. Esta tremenda fiesta era el corolario de Kolibri de otoño. Nuevos amigos y muchos abrazos, fueron el más preciado obsequio.

Desde ya, comenzamos a trabajar para mantener tibio e iluminado el camino de regreso de Kolibri para la próxima primavera 2016. ¡GRACIAS TOTALES POR ACOMPAÑARNOS EN NUESTRO VIAJE INAUGURAL!

Foto de Ingrid Berlanga